Se te nota. Aunque no te lo creas
se te nota. Si es que lo llevas escrito en la cara e impreso en la frente.¡Cómprame, cómprame, cómprame por favor! .
La
necesidad de facturar se nos nota y es entonces cuando caemos sin querer en el fatal error de “mendigar” , asesinando la posibilidad de establecer relaciones valiosas.
¿Qué podemos hacer cuando nuestra
motivación está por los suelos y nos invade el miedo a perder?
¡ACTITUD!
Aún cuando estés desmotivado puedes controlar tus emociones y tu actitud frente al cliente. ¿Cómo?
Dejando de convertir la transacción en el único fin y centrándote en el aquí y ahora, es decir,
centrándote en el cliente que tienes delante y dejando de actuar como un pollo
sin cabeza. Sabes que la desesperación no
vende porque mata la posibilidad de establecer relaciones valiosas y de confianza. Sabes que nunca podemos esperar nada de un cliente
sin antes haber conectado con él y haberle aportado valor.
¿Cómo
centrarte en el cliente cuando eres como una olla a presión? ¿Cómo actuar en
la reunión venciendo a ese miedo a perder que hace que dejes de creer en ti?
Recuerda;
¡ACTITUD!
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Foto de @jcalandt |
¿Y en la práctica, cómo se traduce esa actitud?
Agradece siempre la oportunidad que te brinda de conocer sus
necesidades y aparta de tu mente el únicamente agradecer el sí ante tu oferta.
Muestra respeto por el tiempo del
cliente. Nunca olvidaré el día en que un cliente potencial, mientras yo “desembarcaba”
en su despacho me dijo; “dispones de 10 minutos”. ¡Tremendo con T de temblar! La realidad es que
estuvimos casi dos horas y nos emplazamos para una segunda reunión. Mostrar respeto por su tiempo sin perder ni por un segundo mi actitud favorable y de clara voluntad de
servicio, hizo posible el “milagro”.
Desapego del resultado final. Únicamente
con desapego a los resultados podrás establecer las necesidades y valores del
cliente. Sólo con desapego al resultado, el “cómprame” que se leía en tu cara se
transformará en un “quiero ayudarte”, o lo que es lo mismo, iniciarás el camino
a ganarte la confianza de tu interlocutor. Cuando somos capaces de crear un
ambiente distendido y cómodo para el cliente, la venta termina siendo un paso
natural. Recuerda; el apego a los resultados y la inmediatez generan ansiedad y hacen que estés trabajando para tu
competencia.
Empatía. Ponte en los zapatos del cliente pero antes sácate
los tuyos o no será posible. Muestra al
cliente que tenéis una perspectiva común y trátrale de la misma forma que
te gustaría a ti si fueras el comprador; con autenticidad, con respeto, honradez
y aprecio.
Y sonríe, no
dejes de hacerlo, porque cuando la sonrisa aparece en los labios acompañada por la mirada, ilumina el poder de atracción sobre los demás. Transmite con todo tu cuerpo esa actitud que has decidido y empieza regalando tu sonrisa.
Ahhhh y por favor, si en un momento dado de la reunión notas “venta”, no te pongas ansioso y pierdas de nuevo tu actitud. Tu objetivo
principal es seguir ganándote al cliente para establecer con él una relación de
largo recorrido, tu objetivo es ser capaz de retenerlo y no cerrar una única venta. Cuando el mercado
está complicado, únicamente dispondremos de buenos resultados si podemos
permitirnos incrementar negocio con nuestros clientes actuales.
Controlar nuestra actitud es siempre la clave, en la venta también. Cuanto más
ansiosos estamos, más negocios perdemos,
más amargados nos volvemos y más negatividad repartimos. ¿Y qué ocurre cuando
llevamos negatividad allá por donde vamos? que recibimos lo mismo.
¡Feliz semana y felices ventas con actitud!
Gracias Nuria por ese retrato que acabas de hacerme. Hace poco le dije a un cliente "-Chico! Que parece que te estoy mendigando!.."
ResponderEliminarUn Abrazo!
Estimado Nacho, disculpa por mi tardanza en responder. Gracias por tu sincero comentario! Efectivamente todos nos hemos visto retratados alguna vez en el acto de mendigar. Sólo la actitud nos salva y con ella sin querer además cerramos ventas. Que tengas una feliz semana!
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