No es que no quiera,
corazón. Pero no te puedo dar la razón.
Perdemos tanto tiempo
planficando el futuro, que ni nos damos cuenta que nos perdemos el presente. ¿Y
si dejamos que el AQUÍ Y EL AHORA circule por nuestras venas sin miedo? Un aquí
y ahora sin déficit de atención en cada instante y sin dejar de bajar la guardia
para subirnos a la emoción.
Vístete cada día de
inquietudes, que no hay carreras bien ganadas sino bien corridas (es la versión moderna de el objetivo es el camino y no la meta). Lluévete para
remojar tus prisas y tu desaliento. Sé la materia prima de tus sueños. Hazte un
homenaje de luces, cama y acción. Sé tu mejor partido, tu mejor gourmet,
herédate, pisa la vida y arranca.
Taconea la indiferencia,
sé tu tradición preferida y si hace falta, te cuelgas el cartelito de no
molestar para ser el mejor recopilatorio de tus risas. Deja de pastar y otras
formas de decir que no. Que en estos tiempos tan complicados, conviene no
confundir morderte con morder.
Te lo mereces. Nos lo
merecemos.
Cree en tus ganas a
primera vista y haz que valga la pena.
Porque vamos a ver, con razón o sin
ella, cada mañana cuando te levantes, ejercita el músculo de tu entusiasmo y
con los ojitos llenos de arte, que no de sueño, prepárate el café de la osadía con
tus deditos impregnados de color.
¡Vamos! Que la vida no ha
hecho más que empezar
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