TE DESNUDARÍA de pretextos y de excusas.
Te desnudaría de rabias y frustraciones, de desilusiones,
contrariedades, tristezas, escalofríos, rencores, desidias, sombras y eternas
esperas.
Te desnudaría de la prisa de la rutina, del viento que hiela el alma, de los
convidados de piedra, de todos los miedos, de los gestos indescifrables, de los
puzzles que no encajan, del amor petrificado, de las trampas, de las promesas
incumplidas, de las penas que rozan, de las heridas abiertas y de los cuentos
chinos.
Te desnudaría de complejos, del dolor que nubla la
vista, de la decepción que agota, del ruido que todo lo empaña, de los vaivenes
que no comprometen, de las miradas cobardes, de las sonrisas de puro mármol y
de las ganas que amarillean.
Te desvestiría de tu caparazón para que te
descubrieras con paciencia hasta ser tu mejor aliado, tu mejor excusa, tu mejor
baza, tu amigo más íntimo, tus mejores armas, tu motor, tu libertad y tu verdad.
Te despojaría de envidias, mentiras, desidias,
apatías, temores, odios, bostezos, pantomimas y desconfianzas. Te lo arrancaría todo para que dejaras
de ser un cuerpo social anestesiado y aburrido hasta el extremo.
Y TE VESTIRÍA con sonrisas que hablan hasta por los
ojos, con deseos que muerden, intenciones que respiran, ganas que bailan,
abrazos únicos, valores para tu camino, caricias que refuerzan, anhelos, riesgo
y esfuerzo, errores que enseñan, muchos sueños y mucha voluntad. Te llenaría de
ternura, de facilidad para perdonar, de la sabiduría del agradecimiento y de
confianza en ti mismo.
Luego saldríamos a pasear de la mano de los cinco
sentidos para no perdernos nada y con la ilusión como bandera, entregándonos con
intensidad a lo que venga, con la pasión a la máxima potencia, sintiendo con
fuerza y sin temor a perder. Y jugaríamos a inventar límites apostando por la
incertidumbre como nuestra mejor y única propuesta de futuro. Te prometo un caminar con el corazón
latiendo a la velocidad de un caballo galopante.
Porque la vida es un privilegio, llena de sorpresas
que te esperan si dejas la seguridad del inmobilismo y la vida es una oportunidad gloriosa
para dejar de esperar a ser TÚ MISMO y comenzar a vivir.
TE DESNUDARÍA… ¿Te dejas?