Te gusta tu oficina. Es confortable, cómoda, muy luminosa y
deliciosamente armoniosa. El color de sus paredes te estimula a quedarte pegado
a tu silla ergonómica, esa silla que te permite sentarte en una posición
balanceada. Todo es perfecto… ¿Todo? bueno casi todo, porque miras a tu
alrededor y adviertes que falla algo en la decoración, no ves ningún cliente,
sólo caras de preocupación por la caída que han experimentado este año las
ventas y por los resultados que se venían advirtiendo hace meses. Es que remar para mantener lo que tienes sólo
alcanza a sostener el hoy. ¿Y mañana? ¡Anda, si hoy ya es mañana!
Es la historia repetida de muchas empresas, que instaladas en
la época romántica donde vendían sin mover un dedo, se han dormido en los
laureles y siguen operando como “toda la vida”. El equipo comercial se limita a
visitar a sus clientes activos que por otro lado cada vez son menos, porque es
bien sabido, que fidelizar a un cliente es tan fácil como lo
es para nuestra competencia captarlo. Cuando nuestra actividad en el mercado se
limita a visitar y mimar a los clientes existentes directamente se traduce en el
resultado de venta de la compañía y es que fidelizar
debe ser complementario a captar clientes nuevos.
Durante mi trayectoria profesional he tenido grandes maestros
en el arte de la venta y de ellos aprendí que hay que engrasar la maquinaria
cada día, mejorar nuestros conocimientos y habilidades constantemente, reinventarnos y
dar mil vueltas a lo que ofrecemos, coger nuestras tarjetas y salir a la calle
llenos de entusiasmo, llenos de pasión. En
la venta se cumple la ley de los grandes números; a más visitas concertadas,
más propuestas presentadas y más contratos firmados. Así que planifica, levanta
el teléfono, pon foco, levanta el culo de tu silla ergonómica, ejecuta y actúa.
¿Sencillo? No, en absoluto, pero sólo si te pones en marcha pasarán cosas. ¡Para
vender hay que ir a vender!
La buena noticia es que hoy
disponemos de herramientas y oportunidades que nos facilitan la tarea de
prospección ofreciéndonos la posibilidad de transformar leads, en leads
calentitos. ¿Cúales? Hay muchas pero hoy empezaremos por las dos que sin duda todos conocemos pero no explotamos bien.
Agudiza los sentidos, ponte
en marcha, enfócate en tus clientes actuales y prospecta con visión pero como
un loco, convierte “patear la calle” en tu prioridad número uno y deja de columpiarte en tu silla
balanceadora de respaldo ergonómico.
- Aprovecha las redes sociales, que aunque no siempre son un canal
de conversión directa, te aseguro que son un fantástico puente con el mercado,
posibilitando que nuestra empresa sea una marca conectada. Interactúa,
intégrate en conversaciones y participa en grupos, detecta oportunidades y
construye relaciones de cercanía y confianza que te supondrán una primera cita
- Practica el networking en jornadas, desayunos de trabajo,
seminarios. Acude a eventos, conferencias y otro tipo de reuniones donde estén
presentes clientes potenciales para tu negocio. El objetivo no es intercambiar
cromos, somos personas y no tarjetas andantes, así que cualquier acción debe
encaminarse a un cierre de reunión con vistas a posibles colaboraciones ya que cerrar
futuras reuniones para calentar sillas seguirá sin tener mucho sentido.