miércoles, 14 de septiembre de 2016

¿Parece fácil, verdad? ¡Pues no lo es!

No es la primera ni la última vez que me escucharás decir que las relaciones comerciales son relaciones humanas y como tal, requieren grandes dosis de entrega, trabajo, dedicación, esfuerzo, voluntad e infinita generosidad.
Vender es sinónimo de ayudar y servir, es llegar a acuerdos que generen un beneficio para ambas partes, es sembrar y cuidar de la semilla hasta que empieza a florecer, es la conexión entre seres humanos a través de una relación auténtica.

El proceso comercial consiste en establecer relaciones genuinas y de confianza, ofreciendo soluciones a los problemas del cliente con nuestros productos y/o servicios. Nada que ver con establecer conexiones que buscan que uno de los dos dé su brazo a torcer con tal de llegar a los objetivos de ventas del mes y lograr mejorar los resultados a corto.

Para construir 
verdaderas ventajas competitivas y diferenciarte, 
debes mantener una actitud de ayuda frente al cliente. 

¿Cómo?
  • Genera relaciones productivas para el cliente y para tu empresa todos los días.
  • No decidas por el cliente y menos por anticipado. Escucha muy bien lo que el cliente te está transmitiendo para entender sus necesidades, sus deseos y de acuerdo a lo que tú resuelves, explícale esos beneficios que van a lograr que consiga sus objetivos.
  • Cultiva relaciones de lealtad y deja de intentar vender a toda costa. 
  • Tan importante es resolver lo que nadie resuelve, como la forma en que lo hagas. El "cómo" resuelves la necesidad del cliente es un gran diferencial.
  • Satisfacer al cliente no es suficiente, debes superar expectativas para obtener la venta recurrente y la recomendación del cliente. 
  • Personaliza y trata a cada cliente como si fuera tu único cliente, haz que se sienta importante. De todas las formas de diferenciación, la experiencia del cliente es sin duda una de las más poderosas, superando incluso al precio. 
  • No bajes tu precio, incrementa tu valor y si como vendedor no estás convencido del valor que genera tu producto o servicio, ten claro que va a ser muy difícil para el cliente percibirlo. 

Sin confianza no hay venta.

 Vender es el paso posterior 
a disponer de la confianza del cliente.


El cierre de una venta 
es una consecuencia y nunca una causa.

Así que debo insistir una vez más en:

      • Construye relaciones y verás como empiezas a cambiar los No en Sí.
      • Siente y comunica, establece vínculos que vayan más allá del producto o servicio. 
      • Humaniza la relación con el cliente y conectarás con él.
      • Deja de obsesionarte por vender, cuida de tus clientes y ellos cuidarán de ti. 
      • Tienes el SUPERPODER de hacer que el cliente viva lo mismo que le has contado. ¡Utilízalo!
      • No te no te olvides de tus clientes y contactos, ellos tampoco se olvidarán de ti. 
      • Únicamente si el cliente vive algo mejor durante su interactuación contigo te comprará. Sé artesano de momentos.
      • Como trates a tus clientes y potenciales, así te tratarán a ti.
      • Deja de probarlo todo para conseguir una venta rápida. La prisa sólo sirve para llegar tarde a donde de verdad queremos ir.
      • Cuando estés frente al cliente, estrena siempre una sonrisa sincera y sonríe en mayúsculas. 

La venta es actitud y la actitud NO ES COPIABLE
Cambia la actitud hacia tu cliente 
y tu cliente 
la cambiará hacia ti. 

Recuerda: no estás vendiendo, estás ayudando.
¿Parece fácil, verdad? ¡Pues no lo es!
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