miércoles, 29 de octubre de 2014

Ojalá TÚ

OJALÁ TÚ…

Ojalá tú con el valor de ser fiel a ti mismo, duela lo que duela y con tu sonrisa de frente besando todo lo que muerde, porque quien sonríe siempre lleva un sentimiento de ventaja, sueños en los labios y verdades en el pecho.

Ojalá tú diciéndote que puedes, haciéndolo posible, esforzándote, persistiendo y batallando cada oportunidad. Ojalá tú que aún con el sabor de tierra en la boca te alces de nuevo preparado para volver a intentarlo, porque sólo en tus manos está el ganar o aprender. ¿Y qué si estuviste en el fondo? el fondo es sólo un escalón para iniciar el ascenso. Así que ojalá tú siendo fuerte, no importa por lo que estés atravesando…sé fuerte, porque nada es permanente. Mirarás al miedo a los ojos derritiéndolo, poniendo al suelo de puntillas para tocar el cielo, dibujando a latido alzado la vida que deseas y sabiendo que si lo sientes no está lejos.

Ojalá tú olvidando tus prisas, impidiendo que te queme tu impaciencia, parando relojes y creando recuerdos imborrables. Ojalá tú sabiendo que inolvidable es mucho mejor que eterno, estando donde ocurre tu vida, saboreando cada instante sin dejar de buscar el asombro, sin dejar de regalar la sorpresa y sabiendo que el orgullo no abraza, estrangula.

Ojalá tú queriéndote tanto que no te cueste un mundo decirte que no, cuando es que no y con la capacidad de perdonar y perdonarte para seguir tu viaje ligero. Ojalá tú con tus errores porque ellos también te definen, te dan forma, te hacen ser quien eres. Ojalá tú escuchándote, sin sogas al cuello, sin esposas en las manos, eligiendo la vida que tienes, eligiendo lo que eres, eligiendo la vida que te queda. Ojalá tú mirándote por dentro y viéndote lleno.

Ojalá tú con la magia habitando en tus pupilas, el entusiasmo golpeando tus sienes y la pasión desbordándote el alma para contagiar tus ganas de seguir sembrando flores de las que rompen el asfalto. Ojalá tú disfrutando de momentos de aventura, de locura pasajera, de momentos que ponen todo patas arriba y creando situaciones inesperadas que te descubran nuevos sabores del universo.
Ojalá tú acariciando, olfateando, presintiendo, desnudando, respirando, palpando, masticando, babeando, estirando, caldeando, acometiendo, apresando, atornillando, inflamando, mordiendo cada sueño… derritiéndote y estremeciéndote por cada logro. Ojalá tú con días por estrenar envueltos en un papel de regalo que ves latir.

Ojalá tú saltando las piedras del camino, saltando de alegría, saltándote las normas, saltando en la cama, saltando al campo de batalla, saltando por una sonrisa o un gesto amable, saltando en medio de la calle y saltando cuando nadie te ve. Ojalá tú saltando tu corazón, agarrándote fuerte a las ilusiones para seguir. Seguir, parar, tomar aire, respirar y nunca, nunca creer que lo que se derrumba no podrás levantarlo de nuevo y mejor. Ojalá tú siempre de la mano de un ¿y por qúe no? y siendo muchas veces otra vez.

Ojalá tú amando sin interés y aprendiendo a tener soltando, porque sólo soltando te vuelves invencible, porque únicamente amando sin condiciones te amarán incondicionalmente. Ojalá tú sin interés alguno por sentir nada a medias, siendo tú mismo para saber con quién estar. Ojalá tú encontrando a quien te entiende sin hablar y sabiendo que la felicidad no necesita público.



Ojalá tú haciendo brillar tus ojos para iluminar un poquito al mundo

(A Ángel, por alumbrar cada uno de mis Ojalás)



martes, 14 de octubre de 2014

ELEGIR, también dónde trabajar

PROFESIONALMENTE, siempre he perseguido hacer lo que realmente sé hacer y más importante aún, lo que realmente me llena, que es ayudar a las empresas a crear cambio aportando valor en sus procesos de relación con sus clientes y comercialización. Para ello, todo y que el cambio asusta y para muchas personas parece más una amenaza que una oportunidad, a lo largo de mi trayectoria laboral, he elegido conscientemente trabajar en empresas cuyo desafío es avanzar de la mano de un tipo de liderazgo colaborativo, transparente, abierto y cercano.

PERSONALMENTE, siempre he perseguido seguir desarrollando mis puntos fuertes de la mano de organizaciones que trabajan en pos del talento y del compromiso, organizaciones cuya mayor cualidad es la coherencia entre lo que dicen y lo que hacen.
“Encuentra un trabajo que te guste y no volverás a trabajar ni un sólo día de tu vida” Confucio, ¡vaya si sabía! ¿Y nosotros? ¿Qué nos impide atrevernos a elegir no trabajar ni un solo día de nuestra vida? Conozco la respuesta igual que tú…el miedo.

Elegir donde trabajar señores no es un pecado, es un hecho que responde a la motivación de seguir desarrollando todo nuestro potencial sin excusas, que responde a la necesidad vital de dar lo mejor de nosotros mismos a organizaciones, clientes y a nuestra familia. ¡Sí, sí, sobre todo a nuestra familia! Porque mejorar la vida profesional es mejorar la personal y viceversa. El que se rinde a la frustración y el descontento, “eco, quando arriba a casa” con el escozor de ese trabajo que es su peor condena, ni cappuccino ni ná de ná. Ya sabes de qué te hablo, no te hagas el “despistao”.  

Hoy más que nunca, ser proclives al cambio en general y al laboral en concreto, es a actuar con pleno convencimiento que debemos ser capaces de seguir dando lo mejor de nosotros mismos, es una forma de entender que tenemos el deber de seguir otorgando credibilidad a nuestros valores y que únicamente concentrando toda nuestra energía en gestionar de forma excelente nuestro compromiso de cómo queremos seguir desarrollándonos, impactaremos positivamente en nuestra vida y en la de los demás. 

Os preguntaréis por qué os cuento todo ésto. Pues vamos a ello.  Atendiendo a todo lo anterior, estoy feliz de anunciaros que formo parte del equipo DIFERENTIS; una organización que desde hace 10 años coincide con los sueños de sus clientes, una empresa donde el compromiso, la motivación y la confianza se apoyan en la honestidad y en la aportación de valor a sus clientes y a los clientes de sus clientes a través de la diferenciación efectiva


Pasión, ilusión, entusiasmo, compromiso, creatividad, visión, iniciativa, liderazgo y generosidad entre sus valores … casualmente coinciden con los míos.



No puedo terminar este post sin la frase que abandera mi vida y que los que conocéis mi web habréis leído; "Si caes es para levantarte, si te levantas es para seguir, si sigues es para llegar donde quieres ir y si llegas es para saber que lo mejor está por venir" 

martes, 7 de octubre de 2014

Un minuto de silencio por las PALABRAS

PALABRAS…

Siempre he creído que el verdadero significado de las palabras son sentimientos cuyo diccionario es el corazón, que a golpe de latido les otorga significado. Las palabras definen, dan forma a nuestras emociones y luego se esculpen en la boca con la intención que se terminen colando entre las costillas de la persona a quien las dirigimos, con la intención que se apoyen en su alma. Es maravilloso escuchar palabras que nos llenan, pero es vital decir las que importanNada es tan delicioso como la vivencia de expresar lo que sentimos.

Pero lo cierto es que aunque usamos muchas palabras al día, rehusamos infinidad de veces verbalizar el afecto por temor a parecer idiotas.
¡Qué barbaridad! No nos queremos  arriesgar a parecer imbéciles expresando afecto, pero no nos importa serlo callando lo que sentimos y fingiendo indiferencia. Cúantas veces necesitamos perdonarnos, no por cosas que hayamos dicho, sino POR CUANTO NO EXPRESAMOS.

Piensa por un momento, ¿cuántas PALABRAS te han cambiado la vida? 

¿Sabes que AL CALLAR seguimos siendo palabras? Cuando callamos, somos las palabras que no decimos y se quedan dentro haciendo daño, las que se nos quedan varadas. Cuando los sentimientos son muy profundos y los acallamos, corremos el riesgo de ahogarnos con ellos. Cada vez que callamos algo, hay un sentimiento que explota y eso explica el porqué hay tantas caras largas caminando por ahí. 

Todos. Absolutamente todos. Siempre. Absolutamente siempre. Callamos algo.
Pero lo que uno siente no se calla por más que no se diga. El sentimiento siempre grita aunque sea para adentro. Y es que no todo el que silencia ahoga las palabras. Si no expresamos la individualidad que nos constituye, rápidamente la confianza cede el lugar a la sospecha, la comprensión degenera en cinismo, el afecto se desvanece y hasta el amor adquiere tintes ácidos. Ojalá nunca nos falte una palabra a tiempo.


¡Que no esperemos, que expresemos! Terminemos con los silencios, no nos callemos los susurros, transformemos lo que callamos en verdades, que aunque a veces duelen, también curan.

Ahhhhh, pero sé lo que estás pensando y estoy totalmente de acuerdo contigo. A la palabra, además que no se la apaga, se la acompaña. Las palabras no lo pueden todo. A veces, ocurre que las sonrisas se adelantan a las palabras y siempre, siempre, siempre, la de palabras que ahorran un abrazo y un beso a tiempo. Expresemos con palabras lo que sentimos y demostremos lo que decimos con actos.

Por mi parte, únicamente me resta AGRADECEROS a todos los que me acompañáis en el blog y ofrecer un minuto de silencio por las palabras que nunca dijimos y se nos murieron dentro.