martes, 14 de julio de 2015

¡Que te escuchen LATIR!

Foto de @jcalandt
Abre la mente, los sueños, los ojos, los abrazos, la risa y todos tus paisajes. Desvístete del pasado, del nunca y del jamás. Vacíate de  todo y llénate de ti mismo, si no quieres que venga el insomnio a reclamarte los sueños que dejas escapar. Y no pierdas de vista tus acciones… volverán.

¡Que te escuchen latir!

Que tu sonrisa se descuelgue de tus pestañas porque elegiste dejar de ser costumbre, elegiste dejar de huir antes de llegar, elegiste dejar de vivir con los frenos puestos y el acelerador apretándote el pecho. ¡Que eres todos tus trenes y puedes elegir todos tus destinos! Vive a pelo con todas sus consecuencias, porque la vida se escapa en cada bostezo de aburrimiento. No dejes que domestiquen tus sueños, ni siquiera los imposibles.

¡Échale leña a la hoguera y vívete de ganas!

¿Los  tropiezos? no siempre terminan en caída, a veces son más un empujón. Así que a tus caídas, a tus errores, a tus lágrimas, a tus no debí hacerlo, a tus decepciones, a cada una de tus batallas no ganadas y hasta a tus no me arrepiento, a todo eso, llámalo crecer.  Agradece que la vida te sacuda de vez en cuando para que no te duermas, cambies, aprendas, valores lo que realmente importa y te desprendas de lo que no lo es.

No abandones más días sin usar ni pierdas más suspiros en indecisiones. 

Impide que la tristeza te paralice las ganas, sé un incansable arquitecto de primeras veces,  haz que con la planta de tus pies crezcan bosques sobre los caminos, sé más de “gracias a” que de “por culpa de”.
Esfuérzate por seguir trenzando la piel para dar más cuerda al entusiasmo que a la arruga,  confía siempre en tus instintos, quédate siempre al lado del coraje, batalla cada sí con humildad y bájate de vez en cuando del burro… o terminarás convirtiéndote en uno.

Aprende a disfrutar de tu vida, a amar lo que tienes, a valorar a quienes amas, 
a valorarte por lo que eres. 

Aprende que la mayor parte de lo que sabes, te pide a gritos que vuelvas a aprenderlo pero con otros ojos. El amor sobre todo...

En el amor, sobre todo, ni cerraduras ni llaves, ni nada cuanto pueda retener a quien no quiera. Basta de morder los “te quiero” y esconderlos tras los dientes y deja de morderte los párpados para que los ojos no hablen. Basta ya de de abrazar compañías que solapan soledades y basta, basta, basta de agarrarte fuerte a lo que quiere irse porque tus manos estarán ocupadas… pero vacías.

Viento y velas amigo que todo está por suceder y estamos  vivos. ¡Y qué bueno!


No hay comentarios:

Publicar un comentario