jueves, 19 de octubre de 2017

NUNCA habrá otro AHORA

No, qué va. Poesía no es saber rimar. No.
Poesía es un beso, un suspiro, mirar por la ventana, aprender a que no duelan los tropiezos... aprender y volver a empezar.
Poesía es ser fiel a uno mismo, sentir como se eriza el pelo de la nuca, llenarte los dedos con sonrisas y concederles a las pequeñas cosas la importancia que merecen.

Poesía no son estrofas. No.
Poesía es la tristeza capaz de sonreír, es seguir adelante, es  dejarte cuidar, es hundir los pies en la arena, leer un libro, es un abrazo lento, una palabra amable, pasear sin prisa y  una cesta llena de ganas.

No, no. Poesía no son sonetos, ni métricas, ni versos. No.
Poesía es no dejarte nada por sentir, equivocarte por el lado correcto, que te susurren un bésame, la sensualidad de lo cotidiano, contemplar con curiosidad, es un atardecer intenso, sentir una nariz hablándole a tu cuello y es bailar con zapatos o descalzo.

La belleza extrema de la bondad en unos ojos, que te cojan de la mano y no saber cuales son tus dedos y cuales no, lo memorable, lo que te golpea, lo que te arrasa, lo que entra en tu alma y anida para siempre, el amor incondicional a las ganas de vivir.

Poesía es cuando eres lo que vives.
Poesía es cuando tienes miedo y a pesar del miedo, vives con coraje cada día y sigues escribiendo alas.

En una mano descalza, en una cara amable, en el que siempre tiene frío, en el que habla a golpe de suspiros o en el que dibuja paraguas contra la tristeza, en el que lleva flores por dentro, en el que se derrama en cada intento, en el que muere un rato para nacer de nuevo, en todos ellos, siempre hay poesía.


















Poesía es hogar, puente, milagro, motivos, también ausencia e insomnio, tener más ganas que razones, saber escuchar (te), todas las paredes con ventanas, recibir sin pedir y cuando más lo necesitas, dejar de meterte donde ya no cabes, descansar de ti mismo, todo cuanto aprendes en silencio, florecer después de soltar, es respirar a pesar del temblor y a pesar del ruido o del cansancio.  

Poesía es entender que habrá otros mundos pero nunca, óyeme bien, 
NUNCA HABRÁ OTRO AHORA,
para hacer que en tu vida el amor crezca todas las veces. 

No hay segundas oportunidades.

“La lección final que todos tenemos que aprender es el amor incondicional, que incluye no sólo a los demás, sino a nosotros mismos también”. Elisabeth Kübler-Ross (La rueda de la vida) 


(Querida amiga, emprendiste tu viaje con tan sólo 33 años, pero nunca dejaste de dibujar poemas con tu sonrisa a cuantos tuvimos la suerte de conocerte y te doy las gracias por ello. 
Bon viatge amiga!.)

1 comentario:

  1. Que difícil es esto de perder a un ser querido y tan frágil que es la vida, un abrazo querida Nuria!!!!!

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